Santidad: Primero lo primero

Cuando estuvimos orando acerca de los temas para este año, y Dios nos habló sobre Sanidad y después acerca de Santidad. Debo confesar que lo vimos desde el punto de vista de la mayoría de los cristianos: el pecado, la carne, lo sexual. Hasta que el Espíritu Santo nos fue revelando conforme a sueños de hermanos, el sentir de otros varios, las palabras proféticas que Dios ha hablado (todo filtrado a través de la Palabra), que la santidad para nosotros como iglesia va más allá de solo lo carnal y lo sexual. El Espíritu Santo sí quiere hablarnos de la condición de tu cuerpo, de tus pecados carnales y sexuales, pero también quiere hablarnos de la condición de tu alma y de la condición del espíritu. En este momento yo creo que lo que Dios quiere es llevarnos con profundidad a lo que realmente es la santidad. No solo entendiéndola como concepto, sino viviéndola.
- La santidad es algo tan preciado, que el espíritu de religiosidad llevado por todos aquellos religiosos, muy fácilmente la puede distorsionar.
- El pecado sexual no es el único parámetro para tomar en cuenta en el tema de santidad.
- También la falta de perdón, la falta de amor, la ira, la mentira, la contienda, la hechicería, el victimismo, el robo… es decir, todo aquello que resalta la falta del fruto del Espíritu en nuestra vida al tratar a otros, y que fácilmente refleja si estamos o no estamos viviendo una vida de santidad.
- Todo pecado, cualquier pecado, sea «pequeño» o «grande» (según nuestra percepción) nos alejan de la santidad.
- a) Vivir en santidad es estar reflejando todo el tiempo lo que el Espíritu Santo, al estar en su presencia, provoca en ti.
- b) Vivir en santidad es no querer fallarle a Dios.
- c) Es vivir en constante restauración de tu vida, preguntando ¿Quién soy en ti Señor?
- d) Es tener un alma sanada… ¡por eso TANTO énfasis en la sanidad!
1 Pedro 1:13-25 NVI
Sean santos
13 Por eso, dispónganse para actuar con inteligencia;[a] tengan dominio propio; pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo. 14 Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia. 15 Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; 16 pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo».[b] 17 Ya que invocan como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno, vivan con temor reverente mientras sean peregrinos en este mundo. 18 Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, 19 sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto. 20 Cristo, a quien Dios escogió antes de la creación del mundo, se ha manifestado en estos últimos tiempos en beneficio de ustedes. 21 Por medio de él ustedes creen en Dios, que lo resucitó y glorificó, de modo que su fe y su esperanza están puestas en Dios. 22 Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón[c] los unos a los otros. 23 Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. 24 Porque «todo mortal es como la hierba y toda su gloria como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se cae, 25 pero la palabra del Señor permanece para siempre». Y este es el mensaje de las buenas noticias que se les ha anunciado a ustedes.
Recientemente comenzamos a leer el libro Josué, en el devocional, y en el capítulo 3, leímos que por fin, después de estar 40 años en el desierto, el pueblo de Israel llega a la tierra prometida.
Ahora imagínate, tú te la pasaste 40 años en el desierto, naciste y creciste en el desierto, siempre te dijeron que la tierra prometida era la promesa de Dios para ti y tu familia donde fluye la leche y la miel, ahí en el desierto no sabían comer otra cosa.
Pero finalmente un día llegas a las puertas de la tierra prometida. ¿Qué es lo primero que quieres hacer? Entrar.
¿Para qué?
- Ahora sí, vamos a usar nuestros súper dones espirituales de “super man” y “mujer maravilla” que nos fueron dados.
- Vamos a sembrar muchas iglesias.
- Vamos a ser perfectos y santos, súper santos, porque ya no tendremos arena del desierto hasta por debajo de la ropa.
- Nunca vamos a fallar como iglesia…
- etc
Sin embargo, vemos que Dios no deja entrar al pueblo de Israel en la tierra prometida así de inmediato. No fue luego-luego. Después de 40 años, Dios les da una última instrucción y les dice:
- Espérenme tantito, aguanten, tranquilos. Una última cosita. Y les dice: Miren… 3 días más, 3 días menos; antes de entrar, ustedes van a acampar acá al lado del río Jordán, porque hay ciertas cosas qué yo les quiero enseñar antes de entrar a la tierra prometida, antes de conquistar en mi nombre la promesa que les he dado desde hace mucho.
- ¿Para qué? Pues para que ellos puedan ser exitosos en esta tierra.
- Para que no se hieran entre ellos.
- Para que trabajen en equipo.
- Para que deje de haber estrellitas y sean una comunidad, y dejen de pensar cada quién que solo cada quién tiene la razón.
- Para que dependan de Él.
- Para que vean su sobrenaturalidad pero se enfoquen en su intimidad.
- Y hay cosas que nosotros hoy comenzando con el tema de santidad podemos aprender para ser exitosos en conquistar las promesas que Dios nos ha dado.
- Sin embargo, Dios quiere enseñarnos algo muy importante a cerca de “estar listos”. Y sé que ahorita varios estamos pensando en “nuestra propia tierra prometida”, tu familia, tu economía, tu trabajo, tus hijos, tu salud.
- Pero también, quiero que pensemos desde una perspectiva general, como iglesia, cuáles son las promesas que nos ha dado Dios, como La Promesa del Padre.
Leamos Josué 3: 1-6, donde el pueblo de Israel llega a la puertas de la tierra prometida y Dios les dice: No van a cruzar todavía, van a acampar porque hay cosas que yo les quiero enseñar.
1 Muy de mañana, Josué y todos los israelitas partieron de Sitín y se dirigieron hacia el río Jordán; pero, antes de cruzarlo, acamparon a sus orillas. 2 Al cabo de tres días, los jefes del pueblo recorrieron todo el campamento 3 con la siguiente orden: «Cuando vean el arca del pacto del Señor su Dios, y a los sacerdotes levitas que la llevan, abandonen sus puestos y pónganse en marcha detrás de ella. 4 Así sabrán por dónde ir, pues nunca antes han pasado por ese camino. Deberán, sin embargo, mantener como un kilómetro[a] de distancia entre ustedes y el arca; no se acerquen a ella». 5 Josué le ordenó al pueblo: «Purifíquense, porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes». 6 Y a los sacerdotes les dijo: «Carguen el arca del pacto y pónganse al frente del pueblo». Los sacerdotes obedecieron y se pusieron al frente del pueblo.
1. Dominar el temor a lo nuevo
Dominar el miedo de ir a algo nuevo, a algo desconocido, de
probar cosas nuevas.
Josué 3:2-4. 2 Al cabo de tres días, los jefes del pueblo recorrieron todo el campamento 3 con la siguiente orden: «Cuando vean el arca del pacto del Señor su Dios, y a los sacerdotes levitas que la llevan, abandonen sus puestos y pónganse en marcha detrás de ella. 4 Así sabrán por dónde ir, pues nunca antes han pasado por ese camino.
- Dios te quiere llevar a un lugar donde nunca has estado antes, llevar a una tierra donde tu ni siquiera te imaginas como es, Dios te quiere llevar a una situación diferente a como has vivido actualmente;
- Dios quiere llevarte a vivir libre de falta de perdón, en salud emocional y física, con finanzas sanas; con una sexualidad saludable; un matrimonio y una familia estable…
- Nuevos dones, nuevos ministerios, nuevas formas de servir;
- pero más aun una forma más profunda e íntima de conocerlo.
PERO para poder entrar, tomar, vivir como nunca has vivido, ahora tú debes dominar el
temor de lo que siempre has hecho bien: “controlar”. Estamos acostumbrados a controlar
TODO, hasta a Dios.
Y Dice que Dios le dijo, y el nos dice ahora “pues nunca antes han pasado por ese
camino.”
¡Qué nervios! Y los Israelitas reciben dos instrucciones que deben hacer:
a) abandonar sus puestos y
b) ponerse en marcha detrás del arca.
Si quieres vivir en un lugar donde nunca has vivido antes; dominar ese temor de no poder
controlar la situación, de entrar a lo que Dios ha prometido en tu vida y como iglesia,
debemos en primer lugar:
a) Abandonar tu puesto
Dios nos está llamando a otro nivel, a otra cosa, a una dependencia de intimidad con él.
Pero entonces, que dice este pasaje, qué para entrar a la tierra prometida, Dios los hace
acampar por última vez, y después les dice que tienen que salir de la carpa.
Yo sé que tu estas muy acostumbrado a esta carpa; a cómo se han hecho las cosas; hablando
personalmente antes de conocer a Cristo tu resolvías las cosas a tu forma; e incluso ya
estando en Cristo traemos toda una cultura de otros ministerios, Menos a la forma de
Cristo.
Eres experto en tu vida, en tu propia carpa, en tu manera de hacer las cosas; sabes cómo se
cierra la carpa, se guarda la carpa, se transporta la carpa, se lava la carpa, se pone la carpa.
(repetir).
Es más, estamos bien en la carpa, mis rollos, mis formas, mis maneras, mi familia, mi trabajo,
muy mi bronca ¿no?, “unos pecaditos” por ahí solamente.
- Pero cuando tú vas a entrar a la tierra prometida, la promesa de Dios, tú no vas a vivir en una carpa.
- Tú vas a tener que dejar la carpa, la vas a tener que dejar en el desierto.
- Vivirás en casas que no construiste, en casas de cemento con ladrillos, en casa fijas.
- Y vas a disfrutar de la tierra prometida, y tendrás que trabajar la tierra, porque ya no serás nómada.
- Yo sé que tú amas la carpa, pero tú vas a tener que salir de tu carpa si quieres ir hacia la tierra de Dios.
¿Qué significa todo esto?
- Que vamos a tener que hacer cosas, que nunca hicimos antes.
- Si quieres ver el reino de Dios establecido en tu vida, en tu familia, en tu iglesia: tú vas a tener que hacer cosas que nunca hiciste antes.
- Y sobre todo vas a tener que estar en sintonía con el corazón de Dios.
Mateo 9:36 Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.
Como iglesia nos tenemos que acostumbrar a darle el lugar al Espíritu Santo para que venga y haga lo que quiera en la iglesia, en tu vida, en tu familia, en tus finanzas, en tu salud, en tus hijos, en tu matrimonio, y dejar de controlar lo que le pertenece a Dios.
Dejemos el cliché de “¡Actúa con poder!”… ¿Y si el Espíritu Santo quiere actuar como a Él le plazca? Que así sea. Dejemos de decirle: «Muévete sobrenaturalmente«, y ¿si Él quiere moverse naturalmente?
Si vamos a ser una iglesia que quiere las promesas que Dios le ha dado; tenemos que comenzar a comportarnos como una iglesia que ha luchado por las promesas y que vive en las promesas que Dios le ha dado y dejar la mediocridad.
Y esto solo lo vamos a hacer por medio del Espíritu Santo.
- No podemos hacer las cosas como se hacían hace 15 o hace 10 años, cuando tú levantaste tu carpa. Hay quienes cuentan sus experiencias de antaño con el Espíritu Santo. ¡No! Con el Espíritu siempre es ahora.
- La iglesia tiene que evolucionar en sus métodos, en sus formas, aunque no en su Palabra, porque ésa nunca cambia, ni en la moral, ni en la integridad, ni en la Presencia de Dios. Hablo de lo natural, pero siempre guiados por el Espíritu Santo. ¡Simplemente, porque la iglesia esta viva!
Sin el Espíritu Santo solamente jugamos a hacer iglesia.
¿Cómo crees que ha crecido la iglesia a lo largo del tiempo? Por la guía del Espíritu Santo.
Y ¿cómo crees que seguirá creciendo y qué irá hacia otro nivel? Por la guía del Espíritu Santo.
… Y todo esto solo tiene que ver con «abandonar tu puesto». Eso me lleva a la siguiente cosa que debemos hacer, según este pasaje, para dominar el temor a lo nuevo:
b) Ponerse en marcha detrás del arca
Este versículo está hablando del arca del pacto. Está hablando de la Palabra (ahí estaban guardados los 10 mandamientos) y está hablando de la Presencia de Dios.
Es decir:
Con mis fuerzas, nada
Con mi intelecto, nada
Con mis grandiosas ideas, nada
Te voy a decir algo: ¡Dios libre a esta iglesia de las geniales ideas del pastor y el liderazgo!
* Que el Espíritu Santo nos dirija, que podamos ir detrás de ella. No de las religiosidades, no de las estructuras, sino de la presencia de Dios.
- Como cuando guío al pueblo de Israel cuando salió de Egipto
- Como cuando Moisés le dijo: «Si tu presencia no va, no voy a ningún lado» (Éxodo 33:15-17)
- Como cuando Dios les hizo ganar las batallas a su pueblo para tomar por completo la tierra prometida
- Como cuando el Espíritu Santo guío al rey David cuando él le preguntaba si atacar o no en las batallas
- Como cuando el Espíritu Santo guió al profeta Elías
- Como cuando el Espíritu Santo respaldó y guió a Jesús
- Por eso nos echamos 4 meses predicando sobre “sanidad” para que comprendiéramos que es por medio de la restauración, la dependencia total y completa, sublime y por gracia, del Espíritu Santo, que entonces podemos hablar de santidad.
2. Primero lo primero: Vivir en SANTIDAD
Josué 3:5 Josué le ordenó al pueblo: «Purifíquense, porque mañana el Señor va a
realizar grandes prodigios entre ustedes».
Si nosotros queremos ver a Dios haciendo maravillas entre nosotros el día de mañana, ¿Cuándo nos tenemos que purificar? Hoy.
Si tu quieres ver la poderosa mano de Dios obrando mañana,
¿Cuándo te tienes que purificar? Hoy.
Esto es importante por que vemos en la palabra que la bendición de Dios a su pueblo, y la obediencia del mismo, siempre van de la mano.
Josué cruza el Jordan y Dios les dio la victoria contra Jericó.
¡TREMENDA VICTORIA. EL PUEBLO SIGUIÓ EL ARCA; ESTABA PURIFICADO!
Pero si seguimos leyendo más adelante, algo pasó con el pueblo:
Cuando fueron atacar la ciudad de “Hai”, ¡Ay ay ay! ¡La paliza que les dieron! Porque pensaron que era un pueblo chiquito… Fue porque subestimaron al enemigo… Sí y no. En realidad fue porque Acán desobedeció, robó y escondió. Acán codició.
¿Qué sucedió en esa batalla?
- Pues que salió lo que había en el corazón de Acán, y lo que había en su alma no era bueno, no fue sanado, no se purificó.
- ¿Fue un pecado sexual? No. ¿Tenía que ver con algo carnal? No. Tenía que ver con la condición de su corazón. Y esa condición no lo hacía estar en santidad.
Era más fácil juzgar a Acán y disciplinarlo «bajándolo del ministerio de guerreros«, que ayudarlo a ser restaurado. Y aun así, aunque los métodos pueden ser distintos según el criterio de cada quien, vemos lo que Dios hizo, que en este caso fue directo a la raíz.
Dios les dijo, Jericó es la primicia, Acán trajo consecuencia por robar, esconder y mentir, y los pecados se fueron acumulando.
Y mucha gente murió ahí en “Haí”, ¿no te parece injusto que murió gente que ni siquiera conocía a Acán?
Así es el pecado, no solo te afecta a ti, afecta a tu familia, a tus hijos, a tu esposa o esposo, a tus discípulos, a tu iglesia, a tu comunidad, y a tus generaciones.
Y si queremos ser bendecidos en donde Dios nos está colocando como iglesia; tenemos que OBEDECER ¡Por eso Dios les dijo, purifíquense!
- Ahora, la decisión de arrepentirte, pedir perdón, exponer la condición de tu alma, dejar de pecar, pedir ayuda, es tuya; pero tú no te vas a auto-santificar.
- Tenemos que estar conforme al Espíritu, en comunión con Él, es el Señor el que te purifica.
- No tomes justicia con tus propias manos.
- Enfócate en la condición de tu alma, no en la de tu hermano.
- Si tú sabes que estás haciendo algo mal, algo que sabes que no esta bien, hoy puedes llevarlo y entregárselo al Señor.
3. La sobrenaturalidad
- Iglesia, abre los ojos. Queremos vivir las promesas que Dios nos ha prometido en la ciudad, las generaciones, la economía, pero no lo haremos con estrategias naturales.
- Dios nos está llamando a la estrategia de la santidad y la sobrenaturalidad, aun estás a tiempo.
- Para ir por las promesas que Dios nos ha dado, necesitamos alinearnos a su voluntad, todos juntos.
- Necesitamos la sobrenaturalidad de Dios. Necesitamos al Espíritu Santo.
- La presencia del Espíritu Santo para conquistar las fortalezas, la ciudad, las generaciones, arrebatar lo que el diablo nos ha robado, y derribar esos muros de religión, de brujería y más.
Josué 3:14-17 Cuando el pueblo levantó el campamento para cruzar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el arca del pacto marcharon al frente de todos. (es decir, ya se habían purificado, ya habían salido, ya iban siguiendo el arca) 15 Ahora bien, las aguas del Jordán se desbordan en el tiempo de la cosecha. A pesar de eso (ideas), tan pronto como los pies de los sacerdotes que portaban el arca tocaron las aguas, 16 éstas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a la distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó. 17 Por su parte, los sacerdotes que portaban el arca del pacto del Señor permanecieron de pie en terreno seco, en medio del Jordán, mientras todo el pueblo de Israel terminaba de cruzar el río por el cauce totalmente seco.
- Quiero resaltar algo de este último pasaje, lo sobrenatural no era la meta del pueblo.
- Así mismo, no nos confundamos iglesia, la sobrenaturalidad no es nuestro objetivo, eso es la añadidura, nuestro objetivo es crecer en intimidad con El.
- Todo lo sobrenatural pasa mientras disfrutamos de nuestra intimidad con Dios.
En uno de nuestros servicios, durante la alabanza, Dios nos dio una visión para la iglesia a través de uno de nuestros hermanos: Una niña iba subiendo una montaña, y mientras ella subía, de repente se abría en el aire una especie de ventana, y a través de esa venta salían unas manos que le entregaban un paquete a la niña. Ella lo veía, identificaba qué era, se alegraba y agradecía el regalo, pero no se maravillaba ante semejante suceso. Después de observar el paquete un momento, continuaba su camino subiendo por la montaña.
El Señor, junto con la visión nos dio también su interpretación: Nos mostraba que esa niña es nuestra iglesia, es pequeña y muy joven, por eso se veía así. La caminata subiendo la montaña representa nuestra búsqueda de la presencia de Dios, subir a un encuentro más íntimo con Él, seguir avanzando en conocerlo. La ventana que se abrió y el paquete que se le entregó a la niña, representan cosas sobrenaturales, milagros, sanidades y demás cosas que no son de este mundo, llegan directamente del cielo. Dios nos mostraba que, al recibir el regalo, la niña no se maravillaba, ni se detenía, ni se regresaba, porque no estaba subiendo la montaña para eso, eso sucedió durante su camino, y lo recibió con alegría y agradecimiento, pero siguió su camino, continuó con su propósito de subir la montaña. Con esto Dios nos confirma que Él nos está llamando a algo más alto: conocerlo, estar más cerca de Él, a una mayor intimidad y un mayor entendimiento de Él. Los milagros y cosas sobrenaturales sucederán en el camino, pero no es lo que perseguimos, y cuando sucedan, no debemos detenernos ahí ni regresar, debemos seguir subiendo, avanzando en nuestra búsqueda de su Presencia.
Conclusión
- Vamos a orar al Espíritu Santo, que se mueva como Él quiera.
- Vamos a aceptar que, si Él quiere que nos purifiquemos y caminemos en santidad, lo haremos.
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