Los Dones del Espíritu Santoy el Don de Profecía

Publicado por La Promesa del Padre en

En el término “dones” del Espíritu Santo, la palabra “don” es khar’-is-mah (carisma), que significa “favor” o “regalo”. Su raíz es la palabra khar’-ece que es la que se traduce como “gracia” en expresiones como “por gracia”, “la gracia de Dios”, etc.

Así que el término “don” se refiere a que es gratis, un regalo, no es algo que te ganes u obtengas a cambio de algo, no es un premio… solo lo recibes.

*** Cada vez que escuches el concepto “dones del Espíritu Santo” te pido que en tu mente lo traduzcas como “regalos del Espíritu Santo”.

Mira lo que dice en Hechos 1:8 y 1 Corintios 12:7

Hechos 1:8 pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, hasta en los confines de la tierra.

1 Corintios 12:7 A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás.

Considerando esto, podríamos definir estos dones de esta manera:

*** Los dones del Espíritu son habilidades sobrenaturales que el Espíritu Santo le REGALA a cada creyente, para edificación de la iglesia y para predicar con poder el mensaje de Salvación.

¿Ya cesaron los dones? ¿Sólo eran para los 12 apóstoles?

Marcos 16:15 y 17 Les dijo: Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas noticias a toda criatura. (…) 17 Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en nuevas lenguas, 18 tomarán serpientes con sus manos y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos y estos recobrarán la salud.

Hechos 2:38 —Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo. 39 En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los que están lejos (extranjeros); es decir, para todos aquellos a quienes el Señor, nuestro Dios, llame.

En el primer versículo vemos a Jesús diciendo que las señales del Espíritu Santo seguirían a los creyentes de todo el mundo. En el segundo versículo vemos a un apóstol, de los 12 oficiales, diciéndole a quienes presenciaron las manifestaciones del Espíritu Santo en el Día del Pentecostés, que ese regalo era para ellos, para sus hijos y para todos los que Dios decidiera llamar, es decir, para todos los creyentes. Adicionalmente en Hechos y en las cartas de Pablo y Pedro vemos que varios creyentes tenían esos dones y los usaban: Esteban hacía milagros y prodigios, Felipe (otro Felipe distinto al apóstol) sanaba enfermos y echaba fuera demonios, años después vemos también que sus 4 hijas profetizaban, y un discípulo llamado Ananías oró y sanó a Saulo de ceguera, entre muchas otras menciones de creyentes, de varias generaciones de cristianos posteriores a los 12 apóstoles, usando los dones del Espíritu Santo, tal como Jesús lo dijo.

1) El discurso más detallado sobre estos regalos en el Nuevo Testamento

En todo el Nuevo Testamento, el discurso más extenso que encontramos sobre los dones del Espíritu Santo, se encuentra en 1 de Corintios, capítulos del 12, 13 y 14. Son 3 capítulos completos que Pablo dedica a explicar detalladamente, con ejemplos prácticos, doctrinas profundas y verdades contundentes sobre este asunto, por eso estaremos leyendo mucho de estos 3 capítulos, no solo hoy sino a lo largo de esta serie de predicaciones sobre los dones del Espíritu Santo.

Hay 3 ideas presentadas estratégicamente en esta detallada explicación, estos 3 puntos principales son: la idea con la que comienza, la idea que está justo en medio de esta explicación, y la idea con la que concluye.

La idea con la que comienza:

1 Corintios 12:1 En cuanto a los dones espirituales, hermanos, quiero que entiendan bien este asunto.

La idea que desarrolla justo a media explicación de los dones:

1 Corintios 13:1-2 Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. 2 Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios; si poseo todo conocimiento, si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.

La idea con la que concluye todo este discurso:

1 Corintios 14:39-40 Así que, hermanos míos, ambicionen el don de profetizar y no prohíban que se hable en lenguas. 40 Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden.

1.1) Idea 1: Es importante entenderlo bien.

En la primera idea con la que inicia Pablo este discurso de 3 capítulos, vemos que éste es un tema importante, no es algo que podamos poner a un lado, ignorarlo o evitar hablar de esto. Incluso, no basta con entenderlo superficialmente o más o menos, sino que es importante entenderlo bien. Por eso vamos a dedicar varias semanas para estudiar… y vivir esto.

1.2) Idea 2: Si usamos los dones sin amor, no somos nada.

1 Corintios 13:4-7 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Esas famosas frases de 1 Corintios 13 se suelen leer en las bodas, las he visto en poemas, películas, tarjetas y canciones románticas… Pero su contexto real es la explicación de la naturaleza y uso de los dones del Espíritu Santo.

*** Entre líneas, Pablo está explicando que como creyentes, y como congregación, debemos ejecutar los dones del Espíritu Santo con paciencia, con bondad, sin envidias, sin presumir, sin orgullos, sin rudeza, sin egoísmo, sin enojarnos fácilmente, sin guardar rencor, sin que te deleite la maldad, alegrándote en lo que es verdadero, disculpando cuando pase algo que te moleste, con fe….

1.3) Idea 3: No basta con usar los dones, sino debemos usarlos de manera apropiada

*** Si hay una manera apropiada de usar los dones del Espíritu Santo, significa que también hay maneras inapropiadas de usarlos.

Sí, dones genuinos y poderosos, pero usados de manera inadecuada. Si no fuera así, no habría sido necesario escribir tres capítulos sobre esto. Estos capítulos no hablan sobre “creer en los dones” o si existen o no, o si los van a recibir o no. ¡No! Los Corintios ya los tenían y los estaban usando, pero de manera inapropiada.

El contexto histórico de estas líneas, y de toda esta carta, es que la iglesia en Corinto estaba experimentando un mover del Espíritu Santo, ya estaban viviendo y usando los dones, pero a la vez estaban viviendo en desorden… desorden de muchos tipos: desorden en su vidas, desorden en sus doctrinas, desorden en sus reuniones, etc. Entonces el Espíritu Santo inspira a Pablo para escribirles y poner orden en todo esto.

Hablando específicamente de los dones del Espíritu Santo, cuando hablamos de orden, no se refiere a “encasillar” o “limitar” al Espíritu Santo… ¡No podemos limitar al Espíritu! Jesús lo comparó con el viento… ¡Cómo podríamos forzar al viento a que se mueva solo por “el caminito” que nosotros le marquemos! ¡Sería lo peor que podríamos hacer y lo que lamentablemente han hecho muchas congregaciones!

*** No queremos, no debemos y no podemos limitar al Espíritu Santo.

Cuando Pablo habla del orden, no se refiere a limitar o encasillar, no se refiere a sacar al Espíritu Santo de nuestros servicios porque se puede salir del guión, o decirle que se siente específicamente en esa silla y no se mueva de ahí para que no nos incomoden «sus cosas no planeadas». ¡No! Sino que se refiere a que al ejecutar los dones, lo hagamos con un entendimiento claro de cómo se debe hacer, considerando ciertos aspectos, ciertos elementos, cierta estructura.

2) ¿Cuáles son esos regalos del Espíritu Santo?

Hay 3 o 4 listas de dones que se mencionan en el Nuevo Testamento y que suelen causar confusiones, una está en Romanos 12 (dones que recibimos por gracia), Efesios 4 (dones de Jesús), 1 Pedro 4 (dones de la gracia de Dios), pero sólo 1 Corintios 12 los menciona como dones espirituales, dones del Espíritu y manifestaciones del Espíritu. Por esta razón, nos enfocaremos especialmente en la lista de 1 Corintios 12.

1 Corintios 12:7-11 A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. 8 A unos Dios da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; 9 a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; 10 a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. 11 Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina.

*** “A cada uno”. Los dones son para todos los creyentes, para edificar a la iglesia y para ser testigos con poder.

El conocido ejemplo de que el cuerpo tiene muchos miembros y que así es la iglesia, y que no todos son mano, no todos son ojo, etc…. Eso es parte de la explicación de cómo funcionan los dones del Espíritu Santo y las funciones en la iglesia:

1 Corintios 12:29-31 ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? 30 ¿Tienen todos dones para sanar enfermos? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos? 31 Ustedes, por su parte, ambicionen los mejores dones.

Por muchas generaciones, las congregaciones han dejado a un lado los dones del Espíritu Santo, y eso lleva a la típica situación en que los líderes hacen mucho y la iglesia hace poco.

En esa situación típica, un miembro de la iglesia conoces a un enfermo y piensa «Que venga a orar el pastor»; tiene un familiar “terco” y piensa «Que venga a predicarle el pastor»; tiene un amigo deprimido y dice «Que lo venga a aconsejar el pastor». Tenemos que romper esa idea piramidal, esa escalera de “títulos rimbombantes”, esas “categorías”.

*** Los regalos del Espíritu Santo para edificar a la iglesia y para testificar con Poder ante quienes no conocen a Jesús, ya han sido repartidos a cada creyente. ¡Incluyéndote a ti!

3) El Don de Profecía

Un dato muy curioso es que el único don que se repite en todas las “listas de dones” que aparecen en el Nuevo Testamento, es la profecía.

Hay poco conocimiento entre la mayoría de creyentes acerca de la profecía en la iglesia, y eso puede llevar a 2 problemas o una mezcla de ellos:

  • Rechazar las profecías
  • Pensar que todas las profecías vienen de Dios y deben ser obedecidas ciegamente

*** En la Biblia, vemos la profecía en 3 formas: Espíritu de profecía, ministerio de profeta y don de profecía.

Espíritu de profecía: cuando, usualmente sobre un grupo, desciende el Espíritu de Profecía y entonces cualquier creyente, o todos, pueden profetizar temporalmente durante ese momento.

El ministerio de profeta: Como los que vemos en el AT… Y también en el NT, de hecho en el NT aparece como una función de las 5 que Jesús diseñó para cuidar y expandir la iglesia. Es un llamado específico, no todos los creyentes están llamados a alguno de estas 5 ministerios.

Efesios 4:11 Él mismo constituyó a unos como apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, 12 a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.

Del que estamos hablando hoy como parte de los dones del Espíritu Santo que se mencionan en 1 Corintios 12, es el don de profecía.

*** El don de profecía es la habilidad, dada por Dios a un creyente, para que hable en su propio idioma un mensaje bajo la influencia sobrenatural del Espíritu Santo.

El griego tiene una sola palabra para profecía y es propheteia, que significa hablar por otro. Algunas iglesias tratan de manejar el “profetizar” como un sinónimo de predicar o evangelizar. Pero tanto en la etimología de cada una de esas palabras, como el contexto en el que se presentan, se usa de manera claramente diferente el verbo profetizar de esos otros verbos. Son evidentemente cosas distintas.

* La palabra profecía es usada más de 20 veces en 1 Corintios del 11 al 14 con relación al don.

1 Corintios 12:10 dice que unos creyentes reciben el don de profecía, y como todos los dones, si lo tienes, es tu responsabilidad aprender sobre él y ejercitarlo. Y es parte de lo que estamos haciendo hoy.

4) Algunas enseñanzas claves sobre el don de profecía en 1 Corintios 12-14:

  • Lo primero que dice específicamente sobre este don es:
    1 Corintios 13:2 Si tengo el don de profecía (…) pero me falta el amor, no soy nada.

  • Avisa que las palabras dadas con el don de profecía son imperfectas:
    1 Corintios 13:9 Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; 10 pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá.

En otras versiones dice “en parte sabemos y en parte profetizamos”. Esto se refiere a que cuando damos una palabra profética, puede mezclarse con lo que conocemos y somos, nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestra personalidad, nuestro léxico, etc.

Por eso, como todo don, debes ejercitarlo, perfeccionar la forma en la que lo usas, aprendiendo cada vez, afinando tu oído a la voz de Dios, aprendiendo a expresarlo mejor, filtrando lo que viene de ti, etc.

  • Nos anima explícitamente a buscarlo con intensidad (ambicionarlo):
    1 Corintios 14:1 Esfuércense en seguir el amor y ambicionen los dones espirituales, sobre todo el de profecía.

  • Nos dice cuál debe ser el objetivo y naturaleza de las palabras que damos al usar el don de profecía:
    1 Corintios 14:3-4 En cambio, el que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y consolarlos. (…) el que profetiza edifica a la iglesia.

No debes usar el don de profecía para regañar, para acusar, para desanimar, para reclamar, para entristecer, etc. Un mismo mensaje de Dios, puede ser expresado con diversos ánimos, ahí es donde entra la parte humana y el perfeccionamiento de tu don.

  • Debe examinarse lo dicho:
    1 Corintios 14:29-33 En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres y que los demás examinen con cuidado lo dicho. 30 Si alguien que está sentado recibe una revelación, el que esté hablando ceda la palabra. 31 Así todos pueden profetizar por turno, para que todos reciban instrucción y aliento. 32 El don de profecía está bajo el control de los profetas, 33 porque Dios no es un Dios de desorden, sino de paz.

***1 Tesalonicenses 5:19-22 No apaguen el Espíritu, 20 no desprecien las profecías, 21 sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno,

*** Cuando hay una palabra profética, ya sea personal o para la iglesia, ésta debe ser probada. Ni la despreciamos, ni la tomamos ciegamente. No somos incrédulos ni arrogantes, sino la tomamos con sabiduría. Dice “examinen con cuidado” lo dicho.

*** Si tú das la palabra profética, no debes ofenderte si no es tomada como verdad absoluta inmediatamente. Debes ser humilde y recordar que “profetizamos de manera imperfecta”. Debes aceptar con paciencia y bondad (1 Corintios 13) que sea probada… Y puede que sea aprobada y puede que no, parcialmente o en su totalidad.

Personalmente, cuando yo doy una palabra profética, en algunas ocasiones (por seguridad y entendiendo esto) especialmente si es un asunto fuerte, yo mismo le sugiero esto a la persona: “Examínalo”, “Prueba esta palabra”, “Ponlo en oración y que el Señor te muestre si es así o no”.

Conclusión práctica

  1. Algunos de ustedes tienen el don de profecía. A algunos se los han profetizado (hay que probar esa profecía 😀 ), otros lo han descubierto sobre la marcha, otros lo sospechan pero no están seguros.
  2. La Palabra nos anima a ambicionar el don de profecía. Ambicionarlo es quererlo y buscarlo con intensidad. No solo es esperar tímidamente o con indiferencia a que te llegue si es que llega. ¡No! ¡El Señor te da permiso de ambicionar este don! ¡Está escrito!
  3. La Palabra también nos da la indicación de ejercitar los dones en la iglesia, y específicamente sobre el don de profecía, nos llama a examinarlo.

Considerando esas 3 verdades bíblicas, te animo a que busquemos a Dios como iglesia, creyendo en sus palabras, y tanto en tus devocionales personales como en las reuniones en la iglesia, te tomes el tiempo para dejar que el Espíritu Santo te hable. Y si de repente empiezas a tener palabras, ideas en tu mente, en tu espíritu, y tienes la sensación de que vienen de Dios, da un paso de fe, y acércate a los pastores de la iglesia y a hermanos maduros de nuestra congregación, con el fruto del Espíritu Santo evidente en sus vidas y con evidencias de haber desarrollado el don de profecía, y exprésales lo que estás percibiendo, para que sea examinado, y en caso de resultar ser una palabra de parte de Dios, puedas bendecir a la iglesia con ese mensaje de Dios (profecía).

Si haces esto, y ese mensaje pasa la prueba, comparte esa palabra a la iglesia para edificar, animar y consolar. Si no pasa la prueba, no pasa nada, tal como el papá de un niño pequeño que está aprendiendo a caminar no se enoja cuando su hijo lo intenta y falla, igual Dios no se enoja si intentas ejercitar el don de profecía que su Palabra nos anima a ambicionar. Es normal que al empezar, intentemos y fallemos, todos nos caímos varias veces cuando empezamos a aprender a caminar, y finalmente todos aprendimos.

Recuerda también que el don de profecía no es el único don, el Espíritu Santo le da diversos dones a todos los creyentes, y éste es solo uno de ellos.

La Biblia nos da dirección de cómo probar las profecías, algunos filtros son:

  • Está de acuerdo con la Palabra escrita.
  • Glorifica a Jesucristo en vez de atraer la atención hacia el que profetiza. (Ap. 19:10)
  • Enfatiza el Señorío de Jesús. (1 Corintios 12:3)
  • Reconoce que Jesús es Dios hecho hombre. (1 Juan 4:1-4).
  • Debe ser examinada por otros que profeticen. (1 Corintios 14:29-33)
  • También debe ser examinada por los pastores, quienes son los responsables de las palabras que la iglesia recibe como alimento. (Hechos 20:28)


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