Intimidad vs Intimidar

Publicado por La Promesa del Padre en

Intimidad vs Intimidar

*** Dios quiere que vivas en intimidad con Él, y el diablo te quiere intimidar para que no sea así. ***

1) Intimidad

Intimidad: del latín intimus, significa: recóndito, que está en el fondo de algo, situado en lo más interno.

Casi siempre que se menciona la palabra “intimidad” se le relaciona con las relaciones de pareja, y aunque efectivamente la vida de pareja es algo profundamente íntimo, hay distintos tipos de intimidad, como las relaciones familiares y las relaciones entre amigos cercanos. Todos estos tipos de relaciones presentan profundos niveles de intimidad.

Por ejemplo, cuando hablamos de la intimidad que se refleja entre amigos muy cercanos, notamos algunos elementos que hacen diferente esa relación a la que tienes con otros amigos:


Amigos cercanos

  • Tiempos de convivencia, no necesitan ser constantes para ser profundos
  • Compartes información que no compartes con otros
  • Les tienes una confianza especial
  • Les tienes una lealtad mayor
  • Son naturales los regalos y expresiones de afecto
  • Definitivamente los tratas distinto
  • Ante las fallas u ofensas les tienes más paciencia y el perdón es más fácil
  • Les permites cosas que a otros no
  • Etc

Curiosamente, según lo que Jesús dijo en Juan 15, la intimidad entre nosotros como hermanos es esencial en la intimidad con Dios ***

Juan 15: 9-17 Permanezcan en mi amor. 10 Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
(…) 12 Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado.
(…) 14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
(…) 17 Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.

2) Dios quiere tener intimidad con nosotros

Una de las cosas que más debe llamar nuestra atención y debe llenarnos de ánimo y confianza, es que Dios quiere tener una relación de intimidad MÁXIMA con nosotros. Él no busca una relación superficial contigo, o una relación lejana o frágil. A través de toda la Biblia y todas sus acciones y decisiones, vemos que está determinado a, literalmente, mover cielo, mar y tierra, para tener una relación plena con nosotros.

*** La intimidad que Dios busca tener con nosotros tiene dos vertientes:

  • Él quiere llegar y habitar hasta lo más profundo de nuestro interior.
  • Él quiere que tú entres y habites en lo más de su interior.

Salmo 42:7 Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se han precipitado sobre mí.

En el texto anterior, de forma muy poética, se describe esta relación entre Dios y nuestro ser, describiendo a cada uno de ellos como un abismo, refiriéndose a esta profundidad disponible, no es algo superficial, hay mucho hacia dónde entrar, y vemos que la acción de comunicar estos dos abismos proviene de Dios, y no es algo débil. Lo describe como un rugir de cascadas que provienen de Él y caen sobre nosotros. Imagina por un momento cómo es que todas las ondas y olas de una cascada caigan sobre ti. Instantáneamente todo tu cuerpo, ropa, y hasta en tu nariz y boca habría agua abundante, estarías saturado. ¡Pues así de plena es la relación que Dios busca con nosotros!

Juan 15:9 »Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes.

Esto me hace recordar frases como “Éste es mi hijo amado, estoy muy complacido con Él” (Mateo 3:17, Mateo 17:5). Con ese mismo amor que provocaba esas expresiones, de esa misma manera es como Jesús nos ama a nosotros, como el Padre lo ama a Él.

Juan 15:15 Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos (…) 16 No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes (…)

1 Juan 3:1 ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!

Juan 15:13 Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

No sé si lo notas pero, en esta afirmación, Jesús está explicándonos con qué nivel de amor nos ama, literalmente dice que es con el “AMOR MÁS GRANDE”, dicho de otra forma, nos ama al máximo, ¡no hay forma de amar más! Si alguna vez te habías preguntado cuál sería la pareja más enamorada de todo el mundo y de todos los tiempos, la respuesta es Jesús y su iglesia. El Dios de todo lo que existe, el ser más grande, dice que nos ama con el amor más grande, con la mayor intensidad que pueda haber en este universo. ¡Eso es algo para volvernos locos!

Isaías 62:5 Como un joven que se casa con una joven, así el que te edifica se casará contigo; como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti.

Oseas 2:19 Te haré mi esposa para siempre. Te haré mi esposa con derecho y justicia, en gran amor y compasión.

3) Lo opuesto a la intimidad es el temor

Romanos 8:15 Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Papito!».

La palabra «intimidar» viene del latín intimidare y significa «poner miedo en el interior». Sus componentes léxicos son: el prefijo in– (hacia dentro), timere (dar miedo) y dare (dar).

Éstas son algunas de las artimañas que el diablo usa para intimidarnos, es decir, para poner un temor en nuestro interior, que nos impida o nos aleje de tener esa intimidad que Dios quiere con nosotros:

  • Pecados
  • Tropiezos y culpas
  • Complejos
  • Mentiras

Pero para toda esa lista y más, Dios nos ha provisto soluciones en su Gracia.

Romanos 8:1 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, 2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

Nuestras imperfecciones y faltas no son cosas que se salgan de su alcance, ni que sobrepasen su amor, de hecho son el motivo por el cual nos salvó, porque sin Dios estamos muertos en nuestra naturaleza y nuestros pecados, no tenemos escapatoria. Todas estas cosas que nos alejan de Dios, son conocidas por Él y fueron cubiertas por la Salvación de Jesús.

Romanos 8:31-39 ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió e incluso resucitó y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación o la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro o la espada? (…)

37 Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

*** Debemos creerle a Dios más que a nosotros, más que al diablo, más que a la gente, más que al mundo, etc. ***

Por ejemplo, cuando leemos en la Biblia afirmaciones como ésta:

1 Corintios 2:16 (…) Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo.

Nos podemos sentir ajenos a esa afirmación, porque sentimos que nuestra mente no es limpia, no suena como que así sea la mente de Cristo, no es digna o no es tan eficiente y capaz. Cuando pensamos así, en otras palabras estamos diciendo “No, esto no es cierto”, “No, ahí Dios se equivocó”, “Quizá los buenos Cristianos sí puedan decir eso, pero en mi caso no aplica”, “Quizá ni siquiera soy Cristiano y por eso es que no tengo la mente de Cristo”. Cuando encontramos cosas que Dios afirma y que son diferentes o hasta contrarias a lo que vemos o vivimos, solemos asumir que entonces Dios está equivocado, o que hay algo mal en nosotros que nos descalifica o nos hace ajenos a lo que Dios está afirmando. De esta forma el diablo y todos sus artimañas nos intimidan, ponen un temor dentro de nosotros que nos hace desaprovechar la intimidad que Dios quiere vivir con nosotros.

Efectivamente, Dios en su palabra afirma que sus hijos tenemos la mente de Cristo, y no sólo eso, hace muchas afirmaciones más que desafían radicalmente lo que pensamos de nosotros. Dice que somos nación nanta, sacerdotes reales, linaje escogido, candidatos para recibir dones y toda bendición espiritual, la mejor de sus obras, sus amigos, elejidos, amados, templos de su Espíritu Santo, hombres y mujeres que harán las mismas obras que Jesús y aun mayores… Dignos de arriesgar la vida por cada uno de nosotros, de manera individual (no sólo por ser muchos) como lo expresa Pablo en Gálatas 2:20.

Cuando el Señor nos llama a vivir en fe (confianza en Él), incluye que le creamos aun cuando lo que vemos no coincide con lo que Él dice, sobre nosotros y nuestras circunstancias, ¡eso es justo la fe! ¡ésa es precisamente su esencia!

*** Si lo que Dios dice es distinto a lo que estás viendo, viviendo, sintiendo, etc, no significa que Dios está equivocado, significa que lo que estás viendo, viviendo o sintiendo es irreal o Dios lo cambiará de alguna forma u otra.***

Cuando nos aferramos a lo que Dios dice, a pesar de que nuestros sentidos, nuestro entorno o nuestro enemigo nos digan lo contrario, estamos poniendo nuestra confianza en Dios, y estamos creyendo que de alguna forma, lo que no coincide con lo que Dios dice tiene que cambiar; puede que no sepamos cómo, puede que no encontremos cómo pueda ser posible, puede que no logremos imaginar cuándo, pero Dios es experto en hacer caminos donde no los hay, y justo en eso consiste un milagro y la obra sobrenatural de Dios, en que cosas suceden precisamente contra todas las posibilidades naturales de que fuera así.

Muchos de los espejismos que nos intimidan (ponen temor en nuestro interior) y nos bloquean de disfrutar la intimidad total que Dios quiere tener con nosotros, suelen ser parte del proceso, o son parte del escenario que le dan significado a la afirmación de Dios. Por ejemplo, si tú y yo desde niños sintiéramos que nuestra mente es perfecta, pura, espiritual, poderosa, sobrenatural y demás cualidades que tiene la mente de Cristo, entonces ¿cómo notaríamos que esa cualidad es algo que produce Dios en nosotros? Por el contrario, cuando, a pesar de las “anomalías” y “contradicciones” en tu mente, le crees a Dios, y entiendes que lo que Él dice es cierto, entonces, si tienes la mente de Cristo y aparecen pensamientos que no coinciden con Él, no significa que Dios se equivocó, significa que ese pensamiento no es tuyo, no pertenece a tu mente, son pensamientos que debes resistir, combatir, y que no puedes tomarlos ni seguirlos; de hecho la misma Palabra de Dios nos habla sobre esto:

2 Corintios 10:5 Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que obedezca a Cristo.

En este caso sobre tu mente, cuando tomas esa actitud y esas acciones de fe, entonces tu mente empieza a ajustarse a lo que Dios afirmó con anticipación, y cada vez identificas y filtras mejor los pensamientos que sí son propios de la mente de Cristo y desechas los que no; y en consecuencia cada vez son más abundantes, notorios y con mayor peso en tu mente los pensamientos propios de la mente de Cristo. Es un proceso gradual, y que sigue en marcha hasta la venida de Jesús, pero que tú puedes agilizar tan pronto como te des cuenta de que lo que Dios afirma es lo verdadero y las circunstancias son falibles. No al revés.

4) Conclusión

Debemos cambiar esa tendencia a dudar de Dios y de lo que afirma de nosotros, ya que eso nos deja confiando totalmente en lo que nuestros sentidos perciben y lo que nuestras circunstancias nos dicen. Cuando dudamos de Dios y de lo que dice sobre nosotros, entonces ponemos nuestra confianza en lo natural, en lo visible, en lo presente. Dios nos llama a vivir por fe.

2 Corintios 5:7 En efecto, vivimos por fe, no por vista.

Gálatas 2:20 He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.

Hay dos voces sonando en nuestro interior. Por una parte Dios nos está llamando a buscar, vivir y disfrutar una relación de intimidad total con Él. Por otra parte el diablo trata de intimidarnos, poniendo en nuestro interior temor por nuestros errores, pecados, fallas e imperfecciones. Es nuestra decisión confiar en el amor que Dios tiene por nosotros, el AMOR MÁS GRANDE; o darle mayor peso a la voz del “mentiroso y padre de la mentira” .

Dios está infundiendo ánimo en nuestra iglesia, y está insistiendo en que su amor por nosotros es total y radical, y nos invita a entrar a esta relación de intimidad que Él anhela, en donde lo conoceremos y además disfrutaremos regalos que ha preparado para su iglesia.

Paco Jiménez
Predicación del 25 de agosto del 2024
Comunidad Cristiana «La Promesa del Padre»


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