Intimidad Integral

Publicado por La Promesa del Padre en

Durante mis tiempos de preparación para saber más de este tema de “intimidad”, me encontré con un estudio escrito por la Oral Roberts University, para la página de YouVersion, en donde se daban algunas claves a cerca de la intimidad con Dios. Estas 7 claves para tener intimidad con Dios, eran las siguientes:

  1. El deseo. Tener deseo de querer conocer personalmente a Dios.
  2. Franqueza. Debemos tener un corazón abierto sin ocultar nada a Dios, sabiendo de
    ante mano que el lo sabe todo.
  3. Humildad. Ponernos a los pies de Dios humillándonos y dejándonos moldear para
    ser parte del plan que el tiene para nosotros como iglesia.
  4. Acuerdo. Estar de acuerdo en obedecerle según su palabra.
  5. Obediencia. Juan 14:15 Si me aman, obedezcan mis mandamientos.
  6. Enfoque. Estar atentos y concentrados en El.
  7. Capacidad de responder. Se refiere a poner en acción lo que el nos diga.
    Me llamó la atención en este estudio y en cualquier otro estudio que leía, que todos tenían
    algo implícito, y es que tiene que ver con TODO lo que somos como seres tripartitas.
    Es decir con lo que somos de manera integral, enteros, totales, en espíritu, alma y cuerpo.
    Y Me recordó al siguiente mandamiento que se nos ha dado:
    Lucas 12:30 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
    mente y con todas tus fuerzas”.

¿A que voy con esto de que lo tripartita está implícito en la intimidad con Dios?

Lo que quiero decir, es que tener intimidad con Dios, debe hacerse en cuerpo, en alma y en espíritu. NO PUEDE DESPRENDERSE UNA DE OTRA, ni hacerse solo con una de las tres.

Debe ser una “Intimidad integral”, precisamente el título que le he puesto a esta prédica. Recordemos brevemente los conceptos de cuerpo, alma y espíritu.

CUERPO
El cuerpo es lo fisiológico (lo hormonal), las reacciones químicas, lo tangible como la carne, las sensaciones, lo que se ve, y lo que no se ve del cuerpo (los órganos); las conexiones de nuestro cerebro. El cuerpo es la carcaza dónde habita nuestra alma y nuestro espíritu.

ESPÍRITU
Es por medio del cuál recibimos todas las cosas espirituales. Es el que como hijos de Dios está conectado, acoplado, en comunicación, no sé como lo quieran ver, con el Espíritu Santo. Es dónde al ser hijos de Dios, escuchamos a Dios, recibimos los dones de parte del Espíritu Santo, los talentos, propósito, el llamado, el ministerio y todas las cosas espirituales.

ALMA
La podemos agrupar en tres áreas, aunque dudo que pueda agruparse en tres áreas:

Emociones y Sentimientos: todo lo que sentimos, nuestras emociones y sentimientos vienen del alma y dependen en gran manera del estado de la misma.

Intelecto: en la memoria está toda la información de nuestra vida, pasado a largo y a corto plazo. En el intelecto se localiza todo lo que aprendemos, el conocimiento.

La voluntad: La voluntad es ese impulso para realizar algo, nos puede llevar a hacer cosas a favor o en contra de lo que sabemos que es correcto. Nos impulsa en contra de nuestros deseos o sencillamente se rinde ante el pecado o situaciones adversas para que no podamos luchar.

Ahora, regresemos a esas 7 claves para tener intimidad con Dios, pero desde este contexto de “intimidad integral”:

  1. El deseo. “Alma”.
  2. Franqueza. “Carácter-Alma”.
  3. Humildad. Tiene que ver con el “Alma”, pero también tiene que ver con el
    “espíritu” y lo pones en evidencia con “tu cuerpo”.
  4. Acuerdo. “alma, cuerpo”
  5. Obediencia.”Alma – ejecutas en el cuerpo”.
  6. Enfoque. “Alma – cuerpo – espíritu”
  7. Capacidad de responder. Actitud del “alma” y accionar con el “cuerpo”
    Veamos ahora versículos que, por favor, quiero que seamos cuidadosos al leerlos. Pues sé que
    los estoy extrayendo sin todo el contexto de lo que a cada uno le representa, no es mi
    intención crear doctrina, solo reforzar que somos seres tri-partitas.

ALMA:

Pero, si desde allí buscas
al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón
y con toda tu alma, lo encontrarás.
Deuteronomio 4:29

Solo en Dios
halla descanso mi alma;
de él viene mi salvación.
Salmo 62:1

CUERPO:

Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre
de mi madre. iTe alabo porque
soy una creación admirable!
iTus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!
Salmos 139:13-14

Gritarán de júbilo mis labios cuando yo te
cante salmos, pues me has salvado la vida.
Salmo 71:23

¿Acaso no saben que su cuerpo es templo
del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que
han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus
propios dueños; fueron comprados por un precio.
Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.
1 Corintios 6:19-20

Alma cuerpo y espíritu
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,
pero Dios fortalece mi corazón;
él es mi herencia eterna.
Salmo 73:26

ESPÍRITU

Dios es Espíritu,
y quienes lo adoran
deben hacerlo en espíritu
y en verdad.
Juan 4:24

Pues Dios no nos ha dado
un espíritu de timidez,
sino de poder, de amor
y de dominio propio.
2 Timoteo 1:7

Y ustedes no recibieron un espíritu
que de nuevo los esclavice al miedo,
sino el Espíritu que los adopta como hijos
y les permite clamar: «iAbba! iPadre!»
El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu
que somos hijos de Dios.
Romanos 8:15-16

Querido hermano,
oro para que te vaya
bien en todos tus asuntos
y goces de buena salud,
así como prosperas espiritualmente.
3 Juan 1:2

Que nos quede claro que no podemos ser MUY espirituales, o muy teológicos-espirituales, y dejar a un lado el alma, ni la carne. A veces, como cristianos nos refugiamos en lo espiritual, es decir, los dones, los talentos, lo profético, pero nos desenfocamos del fruto del Espíritu, o espiritualizamos este fruto, cuando en realidad, el fruto del Espíritu nace o surge desde nuestro espíritu por medio del Espíritu Santo pero se materializa en el alma y la carne.

En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. Gálatas 5:22-23, y este fruto se ve ejecutado en nuestro carácter, que está en el alma; y nuestro carácter es el que es modificado conforme al de Cristo. Nuestro carácter es lo que sostiene los dones. Si no existe un buen carácter, tarde o temprano se va a derrumbar todo.

Entendamos que la carne no está separada del alma, es decir, no podemos pecar con el cuerpo, pero si alabar en el alma con nuestras emociones.

No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. Mateo 10:28

Creo que todo esta más que entendible, la efusividad no es sinónimo de santidad, ni de intimidad. Tenemos que garantizar un alma sanada que nos permita intimar con Dios, con emociones genuinas ligadas con coherencia a nuestro comportamiento en la carne.

En ese mismo sentido, así como el alma no está separado del cuerpo, tampoco del espíritu. Retomando la misma idea, ser transformados en nuestro carácter, nuestro temperamento, nuestros hábitos, las tendencias, es parte de ser sanados en el alma y ser sanados en el alma es también ser parte de caminar hacia ser como el varón perfecto que es Cristo. Lo cual no es algo solo espiritual.

De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo. Efesios 4:13

En otras versiones dice madurez, la cual tiene que ver con nuestra mentalidad, la cual se encuentra en el alma.

En pocas palabras, no puedo seguir siendo un canijo «porque así soy yo»; no puedo seguir sin falta de perdón porque así soy yo, rencoroso; no puedo ser el hermano que de todo toma ofensa, no debo darle rienda suelta a mis malos sentimientos o a mi lengua y, por otra parte, adorar con gritos, danza, voz (es decir en cuerpo) al Señor, ni ser muy espiritual hablando de cosas espirituales, liberando, sanando, sabiendo que todos saben bien que soy “el hermano canijo”, o sea, sin que pese lo que hay en mi alma.

El orgullo, la falta de humildad, la discordia, existen en la iglesia porque nosotros las traemos a la iglesia; no somos capaces de comprender la importancia de mantener saludable la iglesia por medio de una “intimidad colectiva”, manteniéndonos saludables nosotros y entre nosotros. Tomamos ofensa por todo, o cosas tan simples como no saludarnos, somos hostiles entre nosotros como hermanos, básicamente
trayendo los hábitos del mundo a la iglesia. Hermanos, no estamos en Antea, estamos en la iglesia. Sé amable, moldea tu temperamento y tus sentimientos, llévalo a la práctica en tu alma, practiquemos la intimidad entre hermanos.

Mateo 6:14 – 15. 14 »Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará
a ustedes su Padre celestial. 15 Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su
Padre perdonará a ustedes las suyas.

ORACIÓN

  • Señor, Examina mi alma
  • Espíritu Santo, guía mi espíritu.
  • Quiero adorarte en espíritu, alma y cuerpo. Quiero ser íntimo.

Andrés Dector
Predicación del 22 de septiembre de 2024
Comunidad Cristiana «La Promesa del Padre»


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