La Alabanza como un Instrumento de Guerra Espiritual

Publicado por La Promesa del Padre en

2 Corintios 10:3-4 Les ruego que cuando vaya no tenga que ser tan atrevido como me he propuesto ser con algunos que opinan que vivimos según criterios meramente humanos; pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

Nuestras armas espirituales son despreciadas por el mundo, pero temidas por las potestades demoniacas. Cuando luchamos con las verdaderas armas espirituales, entonces ningún principado o poder puede prevalecer contra nosotros.

Es evidente que estamos en una constante lucha, y si Dios nos llama a ir a la guerra, entonces Él también nos provee con armas para luchar. Algunas de nuestras armas están diseñadas para ser utilizadas en batallas personales y otras para batallas como congregación. Y sin importar el caso, siempre debemos tener la armadura de Dios, porque es parte de las armas que Dios nos dio, y la oración y la alabanza también constituyen armas poderosas, y es esta última de la que vamos a hablar hoy.

¿QUÉ SON LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN A DIOS?

Veamos lo que dijo Jesús:

Juan 4:23-24 Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad,[c] porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24 Dios es espíritu y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.

Sé que ya hemos escuchado mucho sobre este pasaje, aquí solo me quiero centrar en la palabra que usa aquí Jesús para referirse a cómo quiere Dios que se le adore, y es la palabra proskuneō (significa besar, como un perro que lame la mano de su amo); adular o agacharse ante, es decir, (literal o figurativamente) postrarse en homenaje (hacer reverencia a, adorar): – rendir culto.

AlabanzaAdoración
Describe sus hechos, narra lo que Dios ha hecho. No es alabanza porque sea movida, sino porque proclama lo que Él ya hizo.Descripción de quién es Dios, atributos que le corresponden al Señor.
La adoración es una expresión de adoración y reverencia. Está reservada exclusivamente para Dios (Éxodo 20:3; 34:14). Al adorar, una persona se somete completamente ante Dios. Es una postura de humildad y entrega.

Y en nuestra naturaleza no está el deseo de alabar a Dios, por eso Hebreos 13:15 dice:

15 Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. 

 Debido a que tenemos un altar (la cruz) y tenemos un Sumo Sacerdote (Jesús), siempre debemos ofrecer sacrificios. Sin embargo, no son los sacrificios sangrientos del antiguo pacto, sino el sacrificio de alabanza, el fruto de labios.

·La alabanza que agrada a Dios es ofrecida por medio de él, es decir, por Jesucristo, sobre la base de su justicia y su complacencia a Dios.

  • Periodicidad: La alabanza que agrada a Dios se ofrece continuamente, para que siempre lo estemos alabando.
  • La alabanza que agrada a Dios es un sacrificio de alabanza, ya que puede ser costoso o inconveniente.
  • La alabanza que agrada a Dios es el fruto de labios, más que pensamientos dirigidos a Dios. Se habla al Señor, ya sea en prosa o en cántico. “Lo que procede de los labios se considera fruto, que revela el carácter de su fuente, como el fruto de un árbol revela la naturaleza del árbol”. 

Spurgeon decía:

“Debemos pronunciar alabanzas a Dios, y no es suficiente sentir emociones de adoración”

Reciprocidad (aunque no es la finalidad). Algo hermoso sucede durante la alabanza, cuando alabamos al Señor lo estamos ministrando. La alabanza es nuestro ministerio al Señor. Cuando ministramos al Señor, Él habita nuestra alabanza (Salmo 22:3), y cuando su presencia y poder empiezan a envolvernos, ¡Él entonces nos ministra! Nosotros le ministramos a Él y Él nos corresponde. Él devuelve la bendición.

Y creo que no podemos hablar de adoración y alabanza a Dios sin leer Apocalipsis 4:8-11

Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos, por encima y por debajo de las alas. De día y de noche repetían sin cesar:

«Santo, santo, santo
es el Señor Dios Todopoderoso,
el que era y que es y que ha de venir».

Cada vez que estos seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postraban ante él y adoraban al que vive por los siglos de los siglos. Y deponían sus coronas delante del trono exclamando:

11 «Digno eres, Señor y Dios nuestro,
    de recibir la gloria, la honra y el poder,
porque tú creaste todas las cosas;
    por tu voluntad existen
    y fueron creadas».

¿Qué vemos acá?

  1. La adoración no es un invento del hombre, tiene su origen en el cielo, y tenemos el privilegio de adorar a Dios.
  2. La adoración no cesa, es día y noche, es reconocer quien es Dios y darle a El la gloria y la honra debida. La adoración está basada en doctrina, está direccionada a la trinidad.
  3. La adoración va dirigida a Dios (un trono en medio), nunca dirigida al hombre (pilas con las letras, hay canciones que están dedicados al hombre, a que sintamos bonito)
  4. Tiene que ver con humillación (se postra). Por lo tanto, alguien lleno de orgullo y altivez va a ser difícil que pueda adorar, va a estar cantando. Es volverme nada, en el cielo la creación entiende que es adorar
  5. Echan las coronas. Renuncia a ellos mismos, a cualquier logro, exaltan al creador, el centro es Dios (ese debe ser el centro de lo que escuchamos)

Acá ya hemos entendido varios puntos, que es alabanza y adoración, está centrada en Dios, y es necesario conocerlo, y entre más lo veamos más sencillo será darle la mejor adoración y sacrificios de alabanza.

¿Qué tiene que ver la alabanza con la guerra?

En la biblia vemos que la alabanza tiene muchos usos (celebrar, agradecer, pedir, adorar) y hoy nos centraremos en la guerra. Y de esto hay muchos pasajes en la biblia, por ejemplo todos conocemos la historia de los muros de Jericó, como Dios les dio la estrategia de la alabanza para que estos cayeran.

En el Antiguo Testamento, no tenían la sangre de Jesús como arma, no tenían el nombre de Jesús como arma, pero sí la alabanza. Pero también vemos en el NT como Pablo y Silas cuando estaban en la cárcel oraron y cantaron himnos al Señor y fueron libres.

Veamos un ejemplo de esto en 2 Crónicas 20 (para tener un mejor contexto, puedes leer la historia desde el capítulo 17).

Se trata del Josafat, rey de Judá, en el capítulo 17 vemos que quita la idolatría y que además envió oficiales, sacerdotes y levitas para instruir al pueblo con la ley del Señor, el predicar la palabra a todos hizo temblar a sus enemigos y no le declararon la guerra (¿ustedes creen que cuando agarramos la biblia, la oramos, la meditamos, la ponemos en práctica las tinieblas no tiemblan, si es el arma del Espíritu?).

Luego en el capítulo 18 Josafat se alió con el rey de Israel, el malvado rey Acab esposo de Jezabel, a quien vimos la semana pasada, y por eso casi lo matan.

En el capítulo 19 Dios lo reprende a través de un profeta Jehú por haberse aliado con el rey de Israel, después el agarra la onda y ya se queda en Jerusalén y nombró jueces.

Y ya en el capítulo 20 vemos que los moabitas, los amonitas y algunos meunitas le declaran la guerra. Veamos que dice:

3 Atemorizado, Josafat decidió consultar al Señor y proclamó un ayuno en todo Judá. Los habitantes de todas las ciudades de Judá llegaron para pedir juntos la ayuda del Señor.

¿Qué podemos ver en esto?

  • No había forma natural de que Judá pudiera resistirlos
  • El temor que tenía Josafat le había hecho buscar a Dios. Entonces comenzó a orar y ayunar e invocar a Dios. Sabía quién era Dios (esto es clave)
  • La actitud de la gente. No se asustaron. Seguían a su líder, Josafat, que estaba orando y ayunando, y el pueblo se puso en marcha y comenzó a buscar al Señor también. De todas las ciudades de Judá vinieron a buscar al Señor, en unidad, familias completas

12 Dios nuestro, ¿acaso no vas a dictar sentencia contra ellos? Nosotros no podemos oponernos a esa gran multitud que viene a atacarnos. ¡No sabemos qué hacer! Pero en ti hemos puesto nuestra esperanza».

¿Cuántos en momentos de angustia no le hemos dicho esto al Señor? Nuestra propia fuerza, nuestra propia carne, nuestros propios recursos son totalmente insuficientes e ineficaces en la guerra espiritual. Esto es lo que Josafat nos está diciendo aquí. Así que, en lugar de eso, volvemos nuestros ojos al Señor. Judá no estaba volviendo a Egipto o a Israel en este caso, como lo habían hecho en tiempos pasados; estaban confiando estrictamente en el Señor (todas las reformas espirituales que había hecho Josafat estaban rindiendo fruto). Este es un gran cambio de corazón para ellos.

  • Luego empieza a exaltar al Señor por quien es y a recordar delante de la asamblea todo lo que Él ha hecho. Testifica quién es Dios, eso alimenta la fe del pueblo, no podemos olvidar todo lo que Dios ha hecho por nosotros, iglesia.

Luego Dios le da un mensaje a través de un profeta:

Así dice el Señor: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino mía. 16 Mañana, cuando ellos suban por la cuesta de Sis, ustedes saldrán contra ellos y los encontrarán junto al arroyo, frente al desierto de Jeruel. 17 Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla (Se parece a algo que nos dijo el Señor hace como 2-3 domingos). Simplemente, quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará. ¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengan miedo ni se acobarden! Salgan mañana contra ellos, porque el Señor, estará con ustedes”».

Josafat recibió una palabra de conocimiento sobre qué hacer para cooperar con Dios en el cumplimiento de la profecía, el Señor le dice a la nación de Judá dónde va a estar el enemigo y cómo cortarle el paso. Fue en contra de todas las reglas de su manual de guerra. Puso a los cantantes y adoradores frente a los equipados con escudos y espadas. Josafat animó y desafió a su pueblo a “creer en el SEÑOR tu Dios, y serás establecido; cree a sus profetas y serás prosperado ”(versículo 20). Conocían el Salmo 22: 3, que declara que Dios está entronizado en [habita] las alabanzas de Su pueblo. Así que se pusieron de pie para “alabar al SEÑOR Dios de Israel con voz alta y alta” (versículo 19). Cuando hicieron este acto profético, Dios peleó la batalla por ellos.

18 Josafat y todos los habitantes de Judá y de Jerusalén se postraron rostro en tierra y adoraron al Señor. 19 Los levitas de los hijos de Coat y de Coré se pusieron de pie para alabar al Señor Dios de Israel a voz en cuello.

La respuesta del pueblo a lo que Dios dijo fue la adoración. El pueblo de Dios se levantó y comenzó a alabar con una fuerte voz. ¡Recuerden, aún no hemos llegado a la batalla! Este es el fundamento que se estaba poniendo, el fundamento espiritual. Estaban haciendo sus deberes, y lo hicieron a través de la alabanza.

20 Al día siguiente, madrugaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: «Habitantes de Judá y de Jerusalén, escúchenme: ¡Confíen en el Señor su Dios y estarán seguros! ¡Confíen en sus profetas y tendrán éxito!».  Josafat está diciendo que no tomarán al enemigo en la victoria si no salen con fe. Dios había hablado a través de sus profetas ahora era el turno del pueblo de confiar y creer en el Señor. No tendremos la victoria, como queremos, a menos que nos mantengamos firmes.

21 Después de consultar con el pueblo, Josafat designó a los que irían al frente del ejército para cantar al Señor y alabar la hermosura de su santidad[c] con el cántico:

«Den gracias al Señor,
    pues su gran amor perdura para siempre».

22 Tan pronto como empezaron a entonar este cántico de alabanza, el Señor puso emboscadas contra los amonitas, los moabitas y los del monte de Seír que habían venido contra Judá y los derrotó. 23 De hecho, los amonitas y los moabitas atacaron a los habitantes de los montes de Seír y los mataron hasta aniquilarlos. Luego de exterminar a los habitantes de Seír, ellos mismos se atacaron y se mataron unos a otros.

Los verdaderos guerreros en esa ocasión no fueron los soldados sino los cantantes del Coro , que mientras ellos cantaban alabanzas a Dios , El peleaba por ellos, y no estaban reprendiendo al enemigo, ni diciéndole en su canto a Dios qué hacer, solo estaban: alabando la hermosura de su santidad

La alabanza y la gratitud a Dios en medio de la dificultad confundió a los enemigos y se acabaron entre ellos, ¿no es esto asombroso! Y es algo que realmente no entendemos, ¡explícame cómo cuando tengo tres ejércitos que me quieren atacar, la estrategia va a ser alabar y agradecer! Lo entendemos a la luz de 1 Cor 2:14

El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente. Por lo tanto, en medio de la dificultad da gracias a Dios

24 Cuando los hombres de Judá llegaron a la torre del desierto para ver el gran ejército enemigo, no vieron sino los cadáveres que yacían en tierra. ¡Ninguno había escapado con vida! 25 Entonces Josafat y su gente fueron para apoderarse del botín. Entre los cadáveres encontraron muchas riquezas, vestidos y joyas preciosas. Cada uno se apoderó de todo lo que quiso hasta más no poder. Era tanto el botín que tardaron tres días en recogerlo. 26 El cuarto día se congregaron en el valle de Beracá, y alabaron al Señor; por eso llamaron a ese lugar el valle de Beracá,[d] nombre con el que hasta hoy se le conoce.

La alabanza había atado y vencido al enemigo, y el pueblo de Dios entró y echó a perder su casa. Primero atas al enemigo, en este caso mediante la alabanza, y luego le estropeas la casa. Entraron en el campamento del enemigo y se llevaron el botín. De la misma manera, el diablo hoy en día tiene muchas cosas preciosas que pertenecen al pueblo de Dios.

Alabaron antes de la batalla, alabaron durante la batalla, y luego, después de la victoria, volvieron a alabar después de la batalla!

Peleo en alabanza un pueblo que estaba preparado, habían renunciado y sacado la basura de sus vidas y estaban buscando al Señor quitaron los ídolos, conocían la palabra del Señor, había orden en su modo de vivir, sabían lo que el Señor había hecho por ellos antes, había entendimiento y fe, tenían sus vidas en orden. Estaban sirviendo a Dios y adorándolo con corazones sinceros.

Vemos el ejemplo de algo poderoso.

Alabanza corporativa:

Las Escrituras revelan los poderosos resultados que se producen cuando los santos en unidad hacen lo mismo todos al mismo tiempo. Dios ordena que la bendición y la vida de resurrección de Jesucristo se manifiesten poderosamente cuando los santos se unen para cumplir un propósito de Dios (ver Salmo 133). Levítico 26: 1–8 declara que si Israel guardaba todos los mandamientos de Dios y vivía de acuerdo a Su manera, prosperarían en todo lo que hicieran e Israel ganaría sus batallas contra sus enemigos.

Levítico 26:8 “Cinco de ustedes perseguirán a cien, y cien de ustedes harán huir a diez mil; tus enemigos caerán a espada delante de ti”.

Tenga en cuenta que cuando cinco soldados se unen para luchar, cada soldado mata a veinte enemigos. Pero cuando cien se unen para luchar, cada soldado mata a cien enemigos. Su capacidad de lucha aumenta exponencialmente. Deuteronomio 32:30 declara que uno puede perseguir a mil, pero dos pueden hacer huir a diez mil. Las matemáticas de Dios son diferentes a las de la humanidad.

Pero también es poderosa la alabanza y adoración que le damos a Dios en nuestro tiempo devocional.

Yo creo que las mayores batallas que he tenido en alabanza han sido en estos tiempos, dónde solo estamos Él y yo. Cuando somos quebrantados y reconocemos la grandeza de Dios, el enemigo no tiene mas sino huir, porque cuando pedimos perdón y hay gran convicción de pecado y arrepentimiento al ser conscientes de su santidad y hermosura, a las tinieblas no les queda otra opción que retroceder porque El trae libertad.

Muchos aquí tenemos testimonios de cómo Dios nos ha hecho libres, nos ha sanado, o hecho un acto soberano durante el tiempo en que le estamos alabando.

Diana Amaya
Predicación del 24 de noviembre de 2024
en «La Promesa del Padre»


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